Conversas de "merda"

Há conversas de merda que fazem pensar...


«Para los hindúes, atender la "llamada de la atureza" era un acto que normalmente debía realizarse según un ritual muy preciso. Tienen que elegir un lugar que no esté cerca e un templo ni un baniano, ni próximo a la orilla de un río, de un estanque, ni cerca de un pozo ni de una encrucijada frecuentada. El suelo no ha de ser de color claro ni estar labrado, sino que debe ser llano y desembarazado, y sobre todos lejos de toda vuvienda. Antes de defecar, los hindúes tieneb que quitarse las sandalias - cuando las tienen-, agacharse todo lo que puedan y no levantarse nunca antes de haber terminado; cuidar, bajo oena de ofensa grave, de minar al sol, la luna, las estrellas, el fuego, a un brahmán o una imagen piadosa. Deven guardar silencio y no cometer el sacrilegio de volver la cabeça para examinar sus deposiciones. Finalmente, estas instrucciones prescriben la manera de proceder a las abluciones con una mezcla de tierra y de agua. Los autores de estas santas reglas no habían previsto que millones de hombres se verían un día hacinados en selvas urbanas desprovidas de todo espacio libre alejado de las viviendas. Para los hibdúes de Anand Nagar, "la llamada de la natureza" sólo podía atenderse en público en la cloaca a cielo abierto de las callejas o en uno de los escasos edículos que habían levantado recientemente los urbanistas locales y que llamaban "letrinas".»

Dominique Lapierre, La Ciudad de la Alegría